Piranesi de Susanna Clarke

 

Algo que siempre me agrada es cuando pienso que una lectura va a ser de una manera y ésta termina tomando un rumbo totalmente distinto. Algo así me ocurrió con esta novela de Susanna Clarke. Para un trabajo de clase, mis compañeros y yo tuvimos que escoger una novela clásica y hacer una presentación sobre ella y todas las obras inspiradas o influidas por el título. Entre la lista se encontraba un libro demasiado contemporáneo como para considerarlo un clásico, pero llevaba mucho tiempo en mi lista de pendientes, así que decidí darle una oportunidad. Y debo decir que fue una decisión muy acertada. 

Cuando tomé Piranesi en mis manos y vi la portada, mi mente se vio transportada al auge de retellings de literatura clásica y grecolatina. Pensé en Madelaine Miller, Natalie Haynes o Pat Barker. El fauno y la columna corintia me hicieron pensar quizás en Hércules y Filoctetes. Pero Piranesi nos cuenta la historia de un personaje homónimo que habita en La Casa. Esta realidad consiste en corredores inmensos de mármol, rodeados por mareas, y repletos de esculturas griegas. Piranesi se dedica a cuidar de los pájaros, a pescar, y a rendir homenaje a una serie de esqueletos que habitaron la casa mucho antes que él. Con su increíble memoria, el protagonista recorre las estancias y se encuentra con El Otro de forma regular. Su único compañero humano está obsesionado con descubrir el conocimiento que los ancestros arrebataron a la humanidad, y está convencido de que el conocimiento se encuentra en La Casa. 

Poco a poco, y a través de las conversaciones que Piranesi mantiene con El Otro, los lectores somos conscientes de que la memoria del protagonista no es tan fiable como pudiera parecer. Clarke cuenta la historia a través de los diarios que Piranesi escribe en su día a día, y lo que nos parecía real en un principio, se convierte en una realidad subjetiva y poco fiable. La Casa parece tener efectos negativos en aquellos que la habitan, y Piranesi terminará por descubrir quién es, qué hace allí, y cuál es su nombre en realidad. 

Cuando os digo que este libro es un viaje, no lo digo por hacer la gracia. Piranesi es una novela en la que la realidad se difumina de forma impresionante, hasta el punto de no saber qué está pasando, o en qué mundo está teniendo lugar la acción. Susanna Clarke crea una atmósfera onírica que te envuelve y no te deja escapar. Durante toda la lectura me sentí como si estuviera dentro de La Casa, y hubo instantes en los que realmente dudé de mi percepción respecto a los eventos de la trama. La naturaleza epistemológica de la novela cumple su función al proporcionarnos una perspectiva incompleta, pero favorece al mismo tiempo el descubrimiento de los acontecimientos. Junto a Piranesi, los lectores vamos atando cabos y comprendiendo el funcionamiento de la dimensión en la que habita. 

La novela es bastante cortita, tiene apenas 272 páginas, pero realmente te engancha y no puedes dejarla. Yo apenas tardé dos días en terminarla. Siempre me han gustado las novelas epistemológicas, y a través de los diarios de Piranesi es muy sencillo seguir los puntos importantes de la historia. Como podéis ver, mi edición está totalmente anotada para no olvidarme de nada. 

Si os gusta leer diarios ajenos, las historias oníricas, y sobre todo, las narrativas de académicos obsesionados con encontrar un conocimiento en específico, Piranesi es una lectura de lo más recomendable. Tiene ese elemento dark academia que a mí me encanta, y es que la obsesión con el conocimiento llevada al extremo siempre me hace devorar una novela. Si esto os resulta apetecible, no puedo hacer más que recomendaros este libro. 

★★★★★

¡Hasta la próxima!