Cuentos del abuelo I

¡Hola Saqueadores!

Hoy, por fin estreno esta sección tan especial.  Lo que os traigo hoy es algo es una tontería... Pero tiene una historia peculiar, veréis...



Cuando era más pequeña, mi abuelo me enseñó un juego muy literario que siempre me encantó. Consiste en coger una hoja de papel cualquiera y escribir en ella una frase cualquiera. Entonces se va pasando la hoja a más personas para que vayan añadiendo lo que se les venga a la cabeza relacionado con lo escrito anteriormente. De este modo se va planteando una introducción, un nudo y un desenlace a partir de muchas personas. (Es un juego conocido, seguro que ya sabíais de él, pero yo lo explico...)



El caso es que hoy un profesor estuvo ausente, de modo que nos dejaron la hora libre para estudio. Como ya habíamos terminado los exámenes, cogí un rozo de mi libreta y escribí "Había una vaca que se creía oveja", sí, una oración de lo más estúpida, pero cuando pasé el papel a cuatro compañeros míos, hicimos una historia aún más estúpida jaja... Ahí va:


Había una vaca que se creía oveja. Un día, quiso tener la habilidad de producir lana, pero solo consiguió un cubo lleno de leche. Entonces, se apuntó  pilates para ver si se hacía famosa, aún así no lo consiguió y decidió probar suerte en el azar, ganando la lotería. El dinero, sin embargo; no le solucionó sus problemas y se lo gastó en seguida, comprándose un Ferrari, una isla desierta y una parcela en la Luna, además de unas vacaciones en Marte, donde conoció a un marciano muy simpático que iba a terapia ya que tenía una extraña adicción a las gominolas de color verde. La vaca se unió a su pasión y se convirtió en una vaca verde, cambiando su sueño por conseguir lana verde. El marciano se dio cuenta de la adicción de la vaca y de la suya propia y fueron a un psicólogo que les recomendó hacer algo con su vida. Así que se apuntaron al Club de la comedia debido a su habilidad para contar chistes malos, entonces, fue tan reconocida la vaca que empezó a corromperse por la fama , a olvidarse de sus amigos y de la gente que la rodeaba de modo que el marciano decidió pasó a la acción, encerrando a la vaca. Le lavó el estomago, haciendo que recuperara su color original y le absorbió los chistes malos del cerebro con una pajita volviéndose él más listo y dominando así la galaxia y el planeta Tierra, se convirtió en Adolf Hitleriano y estableció leyes como que el "abre fácil" del ketchup debía funcionar. Pero claro, con tantas invasiones nos hemos olvidado de la vaca Lola, porque... ¿A qué no sabíais que se llamaba así? Bueno, finalmente, Lola regresó a su rancho a seguir con su propósito de conseguir lana...



¡Y ya está, Saqueadores! Se que es una tontería, pero me he reído mucho con éste juego y lo hago muy a menudo. Mi color es el rojo y los demás son cada cosa que escribieron mis amigos, separado para que lo veáis...
Podéis hacerlo también vosotros, si queréis podéis mandarme vuestras historias a saqueadoresdepalabras@gmail.com o me encontraréis en Google+ como María G.W.
Espero que os animéis, ¡chao!