De heroinas poco convencionales y de piratas

Es cierto que para ser una heroína en el género fantástico, hay que cumplir una serie de requisitos. Además de ser huérfana, una tiene que ser dura como una piedra, poco cariñosa, y desconfiar de todo aquel que se le ponga por delante, quitanto el interés romántico que conseguirá ablandar su corazón. En resumen, hay que sufrir. Bien, ese no es el caso de Trenza. Bueno, ella vive en una isla remota, casi como quien vive en un pueblo en las montañas, pero tiene una familia estructurada que la quiere y apoya, y ¡hasta colecciona tazas! Hoy reseñamos Trenza del mar Esmeralda, de Brandon Sanderson. 

Probablemente medio Internet me quiera matar ahora mismo, porque estoy a punto de hablar mal de un grande de la fantasía y la ciencia ficción como es Brandon Sanderson... Pero quisiera poneros en contexto. Hace poco me regalaron una copia del primer libro del Archivo de las Tormentas. Tenía unas ganas locas de leerlo, pero por exámenes no pude dedicarle el tiempo que me gustaría (calma, este verano haré lectura extendida con su respectiva reseña). Por lo tanto, lo único que he leído de Sanderson es los primeros tres libros de Escuadrón. Esos me gustaron mucho, así que tenía grandes expectativas con esta novela. 

Trenza del Mar Esmeralda fue una recomendación de mi amigo Diego, a quien le encantan las novelas de aventuras, ciencia ficción, y sobretodo, fantasía. La novela nos cuenta la historia de Trenza, una jóven que es todo lo contrario a cualquier heroína fantástica que hayáis podido leer. En su isla, no ocurren muchas cosas interesantes, ya que la existencia de esporas la convierte en una zona peligrosa. Ella, sin embargo, encuentra el amor en su amigo Charlie, el hijo de un aristócrata. Cuando su padre lo obliga a abandonar la isla y a casarse, Trenza queda destrozada, pero es entonces cuando las noticias van a peor. El padre de Charlie dice que cruzando el mar Medianoche, su hijo ha sido capturado por una malvada hechicera. En un intento por rescatarlo, Trenza comienza su aventura embarcándose en una nave pirata y trabajando como botánica, controlando aquellas esporas que parecen aterrar a todo el mundo, salvo a ella. 

A mí la sinopsis en un principio me fascinó. La premisa de este libro me resultó de lo más interesante. Soy una fanática de todo lo que tenga que ver con piratas, así que no lo dudé un segundo. En cuanto llegó este ejemplar a mi biblioteca, fui a por él. El comienzo de la novela no me disgustó para nada. La relación entre Trenza y Charlie, a pesar de breve, no me resultó nada forzada, y ambos son adorables juntos. Para mí, todo funcionó muy bien hasta más o menos la mitad del libro. La idea de la protagonista "diferente" no me disgustó tampoco. De hecho, creo que está hecha de manera magistral. No resulta boba, ni pedante. Trenza trabaja con garbo para aprender lo más posible y resultar útil a toda la tripulación, lo cual me parece encomiable teniendo en cuenta que no tiene experiencia alguna en el mar. 

Tanto la idea original, como los personajes me encantaron. Trenza hace un primer amigo en el barco que es una rata parlante, y que me recordó muchísimo a los personajes de Pratchett, le dio un toque de fábula a la novela en general, y creo que como consejero personal de la protagonista, fue un acierto total. Sin embargo, y como decía, la formación de Trenza y el tiempo que pasa en el barco se me hicieron demasiado largos. No sé si fue por la traducción (de Manuel Viciano Delibano), o porque el tono en general de la novela era algo infantil, pero a mí me terminó por aburrir un poco. En final, está bastante bien, pero habiendo sido algo rollo lo anterior, no fue tampoco apasionante. 

★★★☆☆